"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"

"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"
Pedro Soto

6.4.10

Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Caballos, flamenco y deudas



Vuelve el fantasma de la quiebra técnica en el Ayuntamiento de Jerez, ¿a que se juega?, para que han servido tantos planes de viabilidad, tanto encargo de proyecto a Ahorro Corporación Financiera para la refinanciación de la deuda Municipal, cuando lo que realmente falla y sigue fallando es la ineptitud de los políticos encargados en la gobernabilidad de esta ciudad a lo largo de estas últimas décadas y como no, el equipo actual con toda su abultada orquesta de asesores que no han sabido administrar los dineros de los contribuyentes, ni saben como salir de este atolladero.

30.03.10 LA RIOJA.COM
FRANCISCO APAOLAZA

Caballos, flamenco y deudas
La agonía financiera de los ayuntamientos tiene su espejo en Jerez de la Frontera, donde ni la alcaldesa garantiza que pueda pagar las nóminas

Me cuesta hacerles el bocata para el colegio porque no tengo nada que echarles dentro. En la cocina me arreglo así: si hay carne en salsa, un día es con patatas, otro con arroz y el otro macarrones. Un pollo me dura tres días y en estos meses de lluvia he estado yendo a trabajar andando cuarenta y cinco minutos porque no tengo para ponerle gasolina al coche. ¿Entiendes que esté desesperada? Lo peor son los niños, que están pagando la mala gestión de la gente del Ayuntamiento. Ellos no me piden ya ni un euro para salir. Saben que no lo tenemos». Se queda callada. Los niños. Casi todos hablan de ellos. Manuel Bueno es empleado de Cojetusa, la empresa de transportes que acumula una deuda de 23 millones de euros. Cobraba 1.200 como conductor. Desde hace tres meses no duerme y está más irritable. Se enfada hasta con ellos. «He tenido que quitar, entre otras cosas, Internet en casa y suspender las clases de inglés de mi hijo. Y te aclaro que yo sigo trabajando, pero si no cobro... El banco no entiende de nada de esto».
Hasta el baloncesto
Limpiadoras, jardineros, conductores... En cualquier esquina hay un afectado. Hasta en la cancha de baloncesto. El equipo de la ciudad no hace declaraciones, pero en su día confirmaron que no cobran regularmente la parte de las nóminas que le corresponde al Ayuntamiento. Las empresas privadas no están mucho mejor. Mientras que en Madrid el Gobierno aprueba que las administraciones tengan que pagar en 30 días, «en Jerez se sabe que no se cobra». Habla un empresario de la hostelería que no quiere dar su nombre. «Sólo me falta perder el contrato», confiesa. Asegura que le adeudan 80.000 euros desde hace más de un año.
Los resultados son distintos, pero hay consenso en cómo se creó semejante agujero: el Ayuntamiento está gordo. Obeso. De sus cuentas cobran oficialmente algo más de 2.000 personas contratadas de manera directa, más de 4.000 si se tienen en cuenta los empleos indirectos. El 40% del presupuesto se va en nóminas, unos seis millones de euros. Esto es mucho. La propia alcaldesa, Pilar Sánchez, admite que en Gijón viven 75.000 personas más que en Jerez y en cambio sólo tienen 700 trabajadores directos. ¿Quién contrató a tanta gente? Todos. Pedro Pacheco, el 'alcaldísimo' del PSA, gobernó la ciudad hasta 2003 durante más de 20 años, con inversiones faraónicas y una televisión local de auténtico lujo. En 2003 se mantuvo como poderoso gerente de Urbanismo en un gobierno de coalición con el PP, y más tarde otros dos años con el PSOE hasta 2007. De 2002 a 2003, el Ayuntamiento admite que se contrataron a 149 personas y de 2003 a 2004, a otros 158. Un récord. Entre 2001 y 2007 entraron a trabajar 500 personas. En la calle nadie duda de que muchos contratos sirvieron para tapar bocas o hacer favores. «No quiero hablar de amigos, pero cada uno metió a los suyos, a su gente», asegura el secretario general de CC.OO., José Manuel Trillo. Algunos casos asombran: según las propias cifras municipales, la Gerencia Municipal de Urbanismo (ahora delegación), controlada por Pedro Pacheco, llave de los gobiernos, pasó de 169 trabajadores a 263 entre 2000 y 2007. Deportes pasó de 100 a 145.
Con este percal, la alcaldesa no garantiza que se puedan pagar las nóminas. ¿Qué hacer? La solución está clara: dar un tijeretazo de 500 personas en la plantilla. La cuestión está en quién le pone el cascabel al gato. El que lo haga pagará un coste electoral importante. En su intento por cuadrar cifras, los socialistas plantearon hace unos meses un expediente de regulación temporal de empleo voluntario que sacaría a medio millar de personas de nóminas. No salió adelante. «No se puede poner en marcha, ya que no hay un plan que diga cuánta gente tiene que trabajar en cada departamento. Es una gran chapuza», dice Trillo.
Con el ERTE en el dique seco, el equipo de gobierno tiembla ante el escándalo que puede suponer que no se puedan pagar las nóminas e incluso pide ayuda al Estado para solucionar la bancarrota. De momento, han aprobado un plan de viabilidad que incluye capitalizar empresas y fusionar delegaciones. Con todo, terminaron las inversiones millonarias como la organización de los Juegos Ecuestres de 2002 o la reforma del circuito de velocidad, que dejó, según los socialistas, una 'roncha' de 35 millones de euros.
Juan Ruiz no entiende que se hagan inversiones. «No ahora, desde luego», advierte este auxiliar social del Ayuntamiento. Ni él, ni su mujer Isabel Melgar han cobrado con regularidad el último mes. No comprende, ni siquiera, el gasto que se ha hecho en montar los palcos desde donde se ve la Semana Santa. «Instalarlos ha costado 300.000 euros y yo me planteo, ¿qué es más importante? ¿que yo coma y que cuide a los ancianos o que la gente con pasta vea los pasos?». A este paso, ni una, ni otra.
JAVIER Hidalgo sirve el café escoltado por un mollete relleno de jamón. «Esto es la gloria», le dice al cliente con una sonrisa bajo el bigote. Si no lo es, se le acerca: en Jerez de la Frontera (Cádiz) ha dejado de llover, por fin ha estallado el azahar de los naranjos y Javier no tiene grandes trampas en el banco. Es medianamente feliz. No sabe que, además de lo de su hipoteca, debe alrededor de 3.300 euros de 'escote', lo mismo que el resto de los 209.000 jerezanos que habitan atrapados en la capital del fino, el flamenco, el caballo y también de la deuda municipal. Las ciudades no quiebran, lo dice la Ley, pero Jerez sería una de las candidatas a hacerlo por la fractura social que está provocando el colosal débito del Ayuntamiento. Contando a las empresas municipales, van por unos setecientos millones de euros (el equipo de gobierno socialista admite entre 500 y 600), unos 116.000 millones de pesetas que han convertido al municipio gaditano en la pesadilla de los contables. Cuando una gestora se hizo cargo del Ayuntamiento de Marbella, la ciudad del 'gilismo' y la trama 'malaya', debía 200 millones menos.
Las cifras quitan el hipo, no la necesidad. María José Gallardo (Jerez, 35 años) mata el hambre con la bolsa de comida que le pasa un familiar. Entre emocionada, hundida y asombrada, explica al reportero que es una de los 1.200 trabajadores de empresas concesionarias del Ayuntamiento de Jerez que no ha cobrado y que podrían colapsar los servicios con una huelga planteada para el 9 de abril. Trabaja en Limasa, compañía que se encarga de la limpieza de los colegios y las dependencias municipales y que no paga, como tantas. Ni cobra. Las deudas con el Ayuntamiento son millonarias. El 'marrón' cae en cadena hasta la base de la pirámide. Allí viven los pequeños ojos azules de María José, que recibió el salario de febrero el pasado día 11, que no tiene noticias de la extra de marzo y que tampoco sabe si cobrará el mes que viene.
«Mira chiquillo, esto a la gente le parecerá normal en medio de esta crisis, pero yo te voy a contar las cosas mías. Tengo tres varones: uno con dos años y medio, el Curro. Mira a la criatura... no tengo ni para dodotis, ni para danones». Desde su sillita, Curro asiste divertido a un espectáculo desesperado de tambores que truenan frente a la puerta del Ayuntamiento de Jerez. Manifestación. «Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra...». Es miércoles y un escuadrón de mujeres de la limpieza de Limasa exige el pago para doscientas familias. La de María José depende totalmente de ese dinero. Su marido se llama Francisco Javier Rendón, es escayolista y está en paro. Cobra 426 euros que se terminarán en cinco meses. «Entonces, estaremos en la calle». Si no antes.
Cada mes en que falta el dinero les supone 80 euros de intereses bancarios que añaden un lastre para vivir el mes siguiente. Son muchos más jerezanos los que sufren en sus bolsillos los impagos de las arcas municipales a sus empresas, una gran bola que nadie confía en poder tragar. Hay ya acumuladas unas 1.200 nóminas sin abonar y sus receptores «son los más pobres», dice Inmaculada Barea, del comité de empresa de Limasa. «La cuerda siempre se rompe por el lado más débil», constata. Un ejemplo más. Las empleadas de Sergesa, la empresa de auxiliares de ayuda a domicilio que se ocupan de los ancianos y enfermos de la ciudad. Les han asegurado que la nómina de este mes les llegará, aunque con 20 días de retraso, pero nadie les garantiza que vayan a cobrar el mes que viene. El martes pasado varias de ellas se encadenaron al Ayuntamiento para presionar y una sufrió un ataque de ansiedad. Prefirió no dar su nombre, pero está separada y explicó que no tenía qué llevar de comer a sus hijos. Entre sollozos confesó que había llegado a servirles pan con aceite para matar el hambre. Entre los compañeros recaudaron 250 euros para ella.
Locales sindicales, plaza del Arenal de Jerez. La primera mujer en acercarse al banco de alimentos que han montado en el edificio para atender a los que lo pasan peor no quiere saber nada de periodistas. No habla. Solamente llora y se lleva una bolsa con legumbres, aceite, yogures y azúcar que temple la escasez en su casa. La última comida de sus niños fue también a base de pan con aceite. Al salir, alguien se ha acercado a ella y le ha dado setenta euros para pagar la factura de la luz y dejar de vivir en la oscuridad.
La asamblea de trabajadores tiene algo de zona catastrófica. En la historia de Encarna, otra compañera de Sergesa, hay incluso un embargo de por medio. Accede a contarla. «Mira, a mí esto me afecta porque...». Pero rompe a llorar, calla y se va meneando la cabeza. Rocío Álvarez aguanta el tirón de la entrevista. Es auxiliar de ayuda a domicilio, está separada y sostiene a dos hijas de 22 y 10 años. «Cobro 945 euros, pero como no me llegan, me hundo. Debo 530 más la hipoteca y cuando me llegue el dinero no sabré si pagarles a mis hermanos o al banco. Bonito dilema». El mes que viene, si cobra, tendrá 300 euros para dar vida a una familia de tres. «Mi vida ha cambiado desde que la empresa no me paga. En mi casa había zumo para mis niñas, ahora hay agua.


Y mientras tanto, aquí están mareando la perdiz, sin orden ni concierto y con la mente en blanco pegando tiritos al aire solicitando al Estado el 1,5 millones de € para poder hacer frente a la nómina de la plantilla, pan para hoy y hambre para mañana.
Este gobierno debe dimitir en bloque, se deben depurar responsabilidades y los culpables si tienen que ir a la cárcel pues que vayan porque Jerez no se merece la imagen que estamos dando al resto de España.

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