"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"

"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"
Pedro Soto

15.3.11

Serge Latouche, gran ideólogo del decrecimiento


«El decrecimiento es, a la vez, un proyecto ecologista y socialista»


Serge Latouche Profesor Emérito de Economía de la Universidad de París-Sud

Este economista bretón es uno de los mayores precursores de la filosofía del decrecimiento y pasó por Bilbo para explicar lo que a su juicio será «la revolución del siglo XXI», como señaló a GARA. Para él, producir por producir y consumir por consumir sólo genera «una mala vida, una destrucción del planeta y de las personas». Afirmó, sin ningún género de dudas, que esta respuesta para mejorar la calidad de vida es «un proyecto ecologista y socialista. Se puede hablar de ecosocialismo».
Juanjo BASTERRA | BILBO

Serge Latouche es bretón y uno de los precursores del decrecimiento. Para él, Euskal Herria y Bretaña «tienen identidad» y, como dijo, entre ambos pueblos existen «uniones históricas y afectivas». Explicó en Bilbo la filosofía del decrecimiento, dentro de las jornadas «Ideando alternativas. Encuentros decre- cimiento y buen vivir», organizadas, entre otros, por Mugarik Gabe, Ekologistak Martxan, Paz con Dignidad, REAS Euskadi y la UPV-EHU.

Entre otras muchas aportaciones que realizó en la entrevista, Latouche dijo considerarse «agnóstico de la religión del crecimiento por el crecimiento» y admitió que todavía queda mucho trabajo por extender esta filosofía, pero reconoció que «hay tiempo, aunque no hay que perderlo, porque la crisis económica actual permanecerá mucho tiempo entre nosotros», precisó el profesor de Economía.

¿Qué es el decrecimiento?

El decrecimiento es un eslogan que nació en 2001 para oponerse a lo que llaman desarrollo sostenible y que agrupaba a los mayores grupos empresariales mundiales en torno a un consejo de desarrollo sostenible que agrupaba a empresas como Total, Monsanto y, entre otras, a Nestlé. Había que utilizar un eslogan provocador para estar fuera de esa religión del crecimiento.


¿Religión?

Para ser riguroso habría que hablar de «acrecimiento», como se habla de ateísmo, con la `a' privativa. Somos agnósticos de la religión del crecimiento, porque es evidente que, desde la aproximación al Club de Roma en 1992, el crecimiento avanza hacia la destrucción del planeta y los ecosistemas que permiten al hombre vivir.

¿El decrecimiento es revolucionario?

Espero que sea la revolución del siglo XXI.

¿Qué medidas directas contempla y desarrolla?

Es un proyecto global y revolucionario, por supuesto. La principal es el cambio radical de mentalidad ideológica de funcionamiento. Este cambio no se puede concretar de un día para otro, ni tampoco las medidas son las mismas en unos países que en otros. No se podría aplicar de la misma manera en Texas o en Chiapas, en África o en el País Vasco. Cada lugar deberá decidir las mismas. El objetivo es que la sociedad se autolimite para conseguir el bienestar de todos. Los franceses, por ejemplo, deberían reducir la huella ecológica por medio de la relocalización de actividades porque los mercados están mundializados y lo hemos convertido en un vasto supermercado. Es extremadamente destructor para el planeta. Todo lo consumimos y hay que darse cuenta que los productos hacen de media entre 5.000 a 6.000 kilómetros con lo que significa de consumo de petróleo y energía. El efecto es negativo y conlleva el aumento del paro, porque se destruyen miles de empleos. Por eso, la recolocación es muy importante, lo mismo que la disminución del sobreconsumo. Por ejemplo, entre el 30% y 40% de lo que compramos en los supermercados de prisa y corriendo va a la basura.

¿Supone un cambio de vida?

Efectivamente. Poner en marcha esta reorganización de nuestras vidas, la producción, el transporte y el consumo nos llevaría a un cambio en la forma de vida. Viviríamos mejor, no en una sociedad tan desigual como la actual en la que mucha gente vive mal, está estresada y se suicida, por ejemplo. El decrecimiento es un proyecto a la vez ecologista y socialista. Se puede hablar de ecosocialismo. Un proyecto que quiere reintroducir más democracia en la política y, a la vez, ser socialmente más igualitario.

Supongo que con la crisis económica actual, esa filosofía del decrecimiento ha tomado auge.

Se ha propagado el decrecimiento, pero al mismo tiempo se ha intensificado el proceso de los gobiernos por mantener el crecimiento por el crecimiento. Se habla poco del decrecimiento en el discurso político, y cuando se habla del mismo es para denunciarlo. Sólo dos de los diputados franceses apuestan por el decrecimiento. Los gobiernos y los ricos nos dicen que para salir de la pobreza tendrían que producir más. Sin embargo, los pobres son pobres porque los ricos consumen sus recursos. Es así.

¿Es obligado, entonces, el reparto de la riqueza?

Por supuesto. Se acusa al decrecimiento diciendo que va a crear desempleo, que vamos a producir menos, y se destruirán empleos. No es así. Es lo contrario. La primera medida a adoptar sería dar trabajo a todo el mundo. Hoy en día hay gente que trabaja demasiado, más de doce horas al día y, sin embargo, un 20% de la población no puede, aunque le gustaría hacerlo. Esta sociedad de consumo genera paro. Es necesario compartir el trabajo. Trabajar menos para trabajar todos, contrariamente a lo que dice Nicolas Sarkozy, presidente de la República francesa.

¿Con sueldos menores?

No. Cuando trabajas más, ganas menos, como se ha verificado en Francia. Lo normal, es conforme a la lógica económica -la más estricta- si se trabaja más, aumenta la oferta y como la demanda siempre es insuficiente, disminuye el precio. Incluso los economistas más tradicionales denunciarían este escándalo. Por lo tanto, defiendo trabajar menos para ganar más; trabajar menos para trabajar todos; y, sobre todo, para vivir mejor. Porque el trabajo no es la parte de la vida donde más se disfruta. Cuando se es cajera en un supermercado no es realmente enriquecedor. Así, si se trabaja menos, habrá más tiempo para poder cultivarse, ocuparse de la vida, de los amigos, pasear, meditar, soñar... incluso rezar, si se es creyente. Se consumirá menos, y se consumirá mejor. En lugar de ir a un supermercado a consumir frenéticamente lo primero que pillas, tendremos el tiempo de hacer una buena elección, comprobar los buenos productos, tomarnos nuestro tiempo si en la etiqueta figura que están registrados los organismos modificados biológicamente, si está producido en China, o si está producido a nivel local.

A su juicio, ¿por qué los gobiernos apoyan siempre a los poderosos?

Precisamente son los banqueros y financieros los que eligen a los gobernantes actualmente. Para ser senador o diputado en Estados Unidos hay que ser millonario; en Francia, también. De esta forma son los poderes financieros y económicos los que eligen a los gobiernos. Incluso cuando un gobierno ha sido elegido democráticamente, como en Grecia, los mercados financieros imponen su política.

Entonces, ¿cree que queda mucho por hacer en este camino del decrecimiento?

Sin duda. Quedan muchas cosas por hacer. Todavía este proceso está germinando, pero, a la vez, reconozco que nos van a ayudar los acontecimientos.

¿A qué se refiere?

Porque nos encontramos en una fase de la crisis que creo que sólo es el principio. Es una crisis que va a ser muy larga y muy fuerte. En mi opinión, sólo habrá dos formas de salir de ella: llevando a la práctica el decrecimiento en una sociedad más respetuosa con el medio ambiente y las personas o, por el contrario, a la barbarie.

«Elevar la edad de la jubilación es justo lo contrario de lo que habría que hacer»
¿Qué opina del aumento de la edad de jubilación, que en el Estado francés llevó a protestas y huelgas, y que en el Estado español ha contado con sindicatos, empresarios y gobiernos, salvo en Hego Euskal Herria donde se produjo una huelga general ?
Es absurdo. Es justamente lo contrario de lo que habría que hacer. Afortunadamente un gobernante, como el presidente de Bolivia, Evo Morales, parece que lo ha comprendido y ha rebajado la edad de jubilación. En el momento en que Francia se alargó la vida laboral, en Bolivia la redujeron a menos de 60 años, sobre 55 años. Esa es la buena vía. Es esencial. Creo que se debería permitir dejar progresivamente el trabajo, sobre todo en algunos más penosos a los 50 años, y de profesor de la Universidad, como es mi caso, se tendría que trabajar como mucho hasta los 65 años. Lo que han hecho los gobiernos en estos dos casos más recientes, el francés y el español, es atender a las recomendaciones del poder económico, como decía antes.

¿La Europa Social, que fue contrapuesta al modelo de Estados Unidos, se está desintegrando?
No creo que se mantenga la Europa Social por mucho tiempo. Lleva camino de refundar una nueva Europa que no favorecerá a las personas, al medioambiente, a la agricultura, etc. Apuesto por una Europa que cuente precisamente con calidad de vida para todos,pero no la que está en la actualidad que es la Europa del mercado, de la estupidez. La Europa actual es un proyecto destructor, porque todos los países compiten, se ha puesto el carro antes que el caballo. Primero, a mi juicio, habría que construir una Europa política y social, antes que construir una Europa económica.

¿A qué se refiere?
A que se debería consolidar el aspecto social, porque el actual sistema de competencia entre los estados-nación lo que está haciendo es disminuir los derechos sociales, medioambientales y culturales. Se avanza, sí, bajo la ley del mercado, ya no hay regulación, sólo mercado. De esta manera, la economía nos lleva a un estado catastrófico. Está en nuestras manos cambiar esta situación a la que nos han abocado.

12.3.11

DENUNCIA DEL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE VECINOS "EL PORTAL"

EL RÍO GUADALETE A PUNTO DE UN NUEVO DESBORDAMIENTO.

EL RÍO GUADALETE A PUNTO DE DESBORDARSE NUEVAMENTE

Una vez más vuelvo a denunciar y reiterar lo que en muchas ocasiones he denunciado. Y es que las inversiones que se han hecho en el Río Guadalete no sirven para nada. Y a los hecho me remito; en estos días ha llovido unos 50 litros por metro cuadrado y el río se ha desbordado en algún punto concreto y para su desbordamiento total sólo ha faltado unos 50 centímetros aproximadamente. Como se puede comprobar esto hubiera ocurrido con sólo 20 litros más, que no tenía que haber caído lo que llovió en Algeciras, sólo con la mitad de agua nos hubiéramos encontrado otra vez como en febrero de 2010. Pero estos gobernantes no se enteran, o mejor dicho, no se quieren enterar, por eso la Asociación de Vecinos “El Guadalete” El Portal no va a parar de denunciar todas las veces que sean necesarias esta situación, para que de una vez por todas estos políticos hagan las cosas como hay que hacerlas, y se dejen de malgastar el dinero público que con tanto esfuerzo pagamos los ciudadanos y ciudadanas.

Es curioso, antes cuando gobernaba el señor Pacheco se salía por la tangente diciendo que el problema del Guadalete no era competencia del Ayuntamiento de Jerez, echándole el muerto a otras administraciones. Cuando gobernó el PP idem de lo mismo y ahora que gobierna el PSOE no pueden tener excusas por la sencilla razón que tienen el mismo signo político que el gobierno de la Junta de Andalucía, de diputación y del gobierno central. Nosotros nos preguntamos dónde más tienen que gobernar para solucionar de una vez por todas el sufrimiento de tantas y tantas familias por culpa de unos políticos insensibles, sin escrúpulos ni conciencia y que juegan a su antojo con unos ciudadanos y ciudadanas sencillos y humildes.

Nuestra Asociación de Vecinos le exige a los políticos que no engañen más a estos vecinos y vecinas que han sufrido tanto y que hagan un proyecto serio para terminar con esta pesadilla.

9.3.11

Sin permiso de (casi) nadie AGUSTÍN MORENO

Sin permiso de (casi) nadie AGUSTÍN MORENO

PUBLICO 09.03.2011

Soy afiliado de CCOO, hice la huelga del 29 de septiembre y me he manifestado en defensa de las pensiones. Como nadie me ha consultado sobre la firma del pacto de pensiones, decidida desde la dirección, pero sin debate con las bases ni en las estructuras, quiero expresar mi opinión. El contenido del acuerdo se centra en: aumentar la edad legal de jubilación a 67 años, necesitando 37 de cotización para alcanzar el 100% de la base reguladora, y en la exigencia de tres años y medio más de cotización (38,5) para poderse jubilar a los 65 años; y en ampliar los años de cómputo para el cálculo de la pensión de 15 a

25 años, lo que supone un recorte de hasta un punto menos por año (Zubiri), es decir, un 10%, aunque se beneficien algunos.

El contexto viene marcado por varios factores. Una crisis económica fruto de la especulación financiera del capitalismo de casino. Tras inyectar fondos públicos en el sistema financiero y algunas medidas neokeynesianas de reactivación, los neoliberales desataron un vendaval a favor del ajuste y contra los derechos sociales y laborales. En España se concreta en el decretazo que recortó el gasto público, la reforma laboral y ahora el acuerdo de pensiones. La percepción social es que la crisis la pagan los de siempre.

Ya desde 1994, el Banco Mundial planteaba que había que retrasar la edad de jubilación y recortar el nivel de prestaciones para, después, crear el pilar privado. En consecuencia, se puso en marcha una campaña machacona a través de los medios de persuasión masiva.

La huelga general del 29 de septiembre fue muy respetable; participaron millones de huelguistas y de manifestantes contra la reforma laboral y los recortes en pensiones. Que no se les haya pedido opinión puede explicar por qué tres de cada cuatro ciudadanos están en contra del acuerdo a pesar de la intensa propaganda a favor.

Por último, la estrategia sindical de intentar “limitar los daños” ha sido equivocada al ponerse a negociar con un Gobierno decidido a legislar a fecha fija con o sin acuerdo; con un planteamiento de auténtica fuga hacia adelante al incluir todo tipo de materias, pero excluyendo la derogación de la reforma laboral; y quemando las naves al no plantearse movilizaciones serias desde el 29-S, abocándose a firmar lo que hubiera en la mesa.

En cuanto a las consecuencias, obliga a seguir trabajando hasta una elevada edad, pero millones de trabajadores no llegarán activos a los 67 años (la tasa de ocupación de 60 a 64 años es sólo del 32%) por ser despedidos, por problemas de salud, etcétera, y se les aplicarán los coeficientes reductores (un 7,5% por cada año que se jubile antes). Subir el periodo de cotización a 38,5 años pone un listón inalcanzable para muchos trabajadores con carreras laborales inestables por el desempleo y la precariedad, que verán disminuida notablemente su pensión.

A medio plazo, el debilitamiento del sistema de reparto producirá una importante segmentación en la sociedad española: las pensiones públicas se aproximarán cada vez más a las asistenciales y pocas personas podrán acceder a los niveles máximos de pensión del sistema, invitándoseles a que suscriban planes privados.

Los sindicatos no debieron firmar. El grave compromiso asumido por CCOO y UGT les señalará como responsables del retroceso social durante mucho tiempo y con mayor fuerza que al Gobierno Zapatero, institución más efímera. La alarma social creada producirá una ruptura con amplios sectores laborales, de jóvenes y mujeres, que les culparán de sus problemas para alcanzar una pensión digna.

Esta quiebra de la confianza hará muy difícil recurrir a la necesaria movilización ante los ataques a los convenios, a los salarios, a la sanidad. La credibilidad no depende de los programas, sino de las formas democráticas de hacer.

Políticamente, el pacto no va a servir para que el PSOE salve los muebles en las elecciones dado el nivel de derechización e incumplimiento de su programa. Pero tampoco ayuda a las mesas de convergencia ciudadanas, si no extienden su Indignez-vous! a estos ataques al Estado social.

En conclusión, el acuerdo es injusto porque sólo se sacrifican los trabajadores y España tiene un gasto en pensiones inferior a la media europea. Innecesario con un superávit de 64.000 millones de euros y porque hasta 2030 no habría problemas en la Seguridad Social. Y equivocado porque sólo incide en el gasto, no se preocupa de los ingresos ni de una política económica orientada al empleo y al reparto del trabajo. ¿No es preferible que trabajen los jóvenes con 30 años que las personas de 66?

Entre las páginas de un libro he encontrado un panfleto de 1976 de CCOO de la construcción de Madrid, en el que se exigía la jubilación a los 60 años. Es evidente que vivimos un momento difícil. Se necesita un giro estratégico y una resistencia inteligente de recuperación de derechos. Ello pasa por mucha honestidad y coraje, un trabajo duro y más democracia participativa. La izquierda social y política tendrá que construir un pensamiento crítico y alternativas al neoliberalismo. De lo contrario, nada está asegurado y derechos que costaron cien años conseguir se pueden perder en unos meses.

Agustín Moreno es Profesor. Fue Secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras de 1978 a 1996

¿Hay razones para creer?

6.3.11

Falleció Alberto Granado, el compañero de viaje del Ché Guevara

Mientras dormía en su residencia de La Habana, Cuba falleció este sábado en horas de la mañana, el escritor argentino Alberto Granado Romero, quien fue compañero de viaje del desaparecido Ernesto Che Guevara, con quien colaboró en la organización de la Revolución cubana.

Para este día se organizan los actos fúnebres del también científico fallecido a los 88 años de edad.

Atendiendo a su voluntad, cuerpo de Alberto Granado será cremado y sus cenizas serán esparcidas en Cuba, Argentina y en Venezuela.

Nació en la localidad de Hernando en la central provincia de Córdoba, Argentina, el 8 de agosto de 1922.

Luego de cumplir 30 años de edad, el escritor decidió partir de su Argentina natal para dedicarse a viajar por toda Latinoamérica en compañía de su amigo Ernesto Che Guevara.

El ya célebre viaje por Sudamérica empezó en diciembre de 1951, a bordo de "La Poderosa", una motocicleta Norton de 1939.

Nueves meses después se separaron en Venezuela, cuando el Che regresó a Buenos Aires a dar sus últimas materias de Medicina. Granado, que ya era bioquímico, consiguió trabajo en un hospital. Conoció a Delia y se casó. En 1960, después de la Revolución, los amigos se reencontraron en La Habana.

Granado Romero vivió en Cuba desde el 23 de marzo de 1961, donde dirigió un departamento de Genética hasta su retiro, en 1994.

teleSUR - Afp / dg - FC