11.4.10
11 DE ABRIL DÍA INTERNACIONAL DEL PARKINSON
El Servicio de Neurología del Hospital Universitario de La Ribera estima que el Parkinson afecta al 2 por ciento de la población mayor de 60 años, informan fuentes de este centro.
Esta enfermedad degenerativa es la que más repercusión tiene en la población anciana después del Alzheimer.
Mañana domingo, 11 de abril, se celebra el Día Mundial del Parkinson.
Según los especialistas, los principales síntomas de esta patología son los temblores, rigidez, lentitud de movimientos y trastornos al caminar.
Sin embargo, en la evolución de la enfermedad aparecen otros síntomas que no son estrictamente motores, como por ejemplo estreñimiento, hipotensión, alteraciones urinarias o impotencia. Igualmente, se apunta la existencia de trastornos psiquiátricos como la depresión y en casos extremos, incluso, deterioro intelectual o demencia.
Pese a que no se conoce tratamiento curativo, sí se dispone de métodos de estabilización y control de los síntomas.
De hecho, un diagnóstico adecuado y precoz permite instaurar una terapia que mejore la calidad de vida de los pacientes y aumentar su expectativa de vida.
Según los expertos, esta patología suele aparecer entre los 50 y 60 años de edad.
La detección precoz supone ganar tiempo a la enfermedad y retrasar los peores síntomas, los que incapacitan más a las personas.
Por eso es tan importante detectar las primeras manifestaciones (temblores, rigidez, lentitud de movimientos, trastornos al caminar, estreñimiento, hipotensión y alteraciones urinarias) cuando hay todavía pocas disfunciones cognitivas, pudiendo actuar a tiempo para retrasar la evolución, cuando todavía se conservan capacidades intelectuales.
En palabras del doctor Domínguez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de La Ribera, "una actitud positiva constituye un pilar fundamental para afrontar la enfermedad, pues es difícil evitar su aparición ya que los mecanismos fisiopatológicos concretos que desencadenan la enfermedad no se conocen en su totalidad."
Una de las estrategias básicas en la prevención y el retraso de los peores síntomas de esta enfermedad es la práctica de ejercicio físico. Mantenerse activo físicamente (caminar, bicicleta, correr, etc.) es fundamental para que los músculos y las articulaciones sigan haciendo sus movimientos con naturalidad.
En este sentido, "hay que estimular a todos los pacientes afectados de Parkinson a que realicen ejercicio físico. Ésta es una medida que se está revelando tan importante como los fármacos a la hora de prevenir una mala evolución de la enfermedad", concluye el doctor Domínguez.
De igual forma, los neurólogos afirman que es muy aconsejable mantener una vida social activa, mejorar la calidad de vida y reducir el estrés.
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