8.4.10
8 DE ABRIL DÍA INTERNACIONAL DEL PUEBLO GITANO
La bandera gitana arriba el cielo y abajo el campo y en medio una rueda de carro como iban antes los gitanos con carro y caballo ole.
8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano
Esta fecha, institucionalizada junto a la bandera y el himno gitanos en el primer Congreso Mundial Roma/Gitano celebrado en Londres en 1971, ha tenido en los últimos años una importante difusión tanto en España como en numerosos países de los cinco continentes. Este año está previsto que alrededor de esta fecha se celebren diversos actos culturales, lúdicos e institucionales (entre ellos una recepción en el Parlamento Europeo y en varios parlamentos autonómicos españoles).
La comunidad gitana está constituida por más de 10 millones de personas que habitan en numerosos países de todo el mundo. En Europa constituye la minoría étnica más importante y numerosa, con más de 8 millones de personas. Precisamente este año se ha adoptado por ocho gobiernos de la Europa central y del Este la "Década para la Inclusión de los Gitanos 2005-2015" auspiciada por el Banco Mundial y la Fundación Soros1.
La celebración del Día Internacional de los Gitanos ha supuesto en los últimos años una importante ocasión para el reconocimiento de los Roma/Gitanos, su historia, su lengua y su cultura. Si bien durante un tiempo ha sido una celebración que pasaba desapercibida, actualmente es conmemorada en países de los cinco continentes, como una llamada de atención a la discriminación que, en muchas ocasiones todavía sufre esta comunidad.
En el año 2002 el 8 de abril adoptó una vistosa celebración, la llamada Ceremonia del Río, en la que las organizaciones gitanas se reunieron junto a los principales ríos de todo el mundo para lanzar al agua flores y velas en recuerdo de sus antepasados y, especialmente, las víctimas gitanas del Holocausto nazi. Esta Ceremonia del Río ha tenido su continuación en años posteriores en algunas localidades.
El origen del pueblo gitano:
El camino empezó en la India...— El pueblo gitano —o rromanò thèm— es indio de origen y europeo y transnacional de proyección. El origen indio del pueblo gitano —en concreto en el noroeste del subcontinente indostánico, que abarca las regiones del Punjab y el Sinth— es compartido por la casi totalidad de los investigadores. Según el lingüista Vania de Gila Kochanowski, en el siglo IX el Islam invade la India y los indios que moraban en los territorios noroccidentales de la península indostánica emprenden una gran migración hacia el oeste. La segunda migración se produce en el siglo XIII, cuando los hoy llamados gitanos abandonan sus casas ante la llegada de los ejércitos mongoles que conquistan el territorio. A partir de entonces el éxodo de viajeros es continuo.
...cruzó Persia...— El doctor Donald Kenrick no cree que el camino que desde la India trajo a los romà hasta las orillas del Mediterráneo occidental fuese recorrido por un grupo uniforme de población india que se dirigía hacia el oeste. Kenrick apuesta por que “los inmigrantes indios, procedentes de distintas tribus —Sott, Sindhi—, se casaron entre sí, se mezclaron en Persia y allí formaron un pueblo denominado Dom o Rom. Gran parte de ellos prosiguieron luego su desplazamiento hasta Europa y sus descendientes son los gitanos de hoy”. Los oficios que ejercían estos hombres iban desde soldados y agricultores hasta artesanos y artistas. Las hambrunas, las invasiones de los hunos, de los árabes o de los mongoles, las guerras y los desórdenes, y la esperanza de encontrar unas mejores condiciones de vida en otra tierra hicieron que poco a poco diversos grupos de gitanos viajasen en pos del Sol, atravesando el Bósforo y llegando a Europa.
... y siglos después los romà llegan a Europa— Grecia y Armenia fueron importantes cabezas de puente en este paso desde Oriente al continente europeo. A mediados del siglo XIV se detectan ya asentamientos gitanos en casi todas las islas del Mediterráneo y en la Grecia continental. Según algunos autores, el primer territorio europeo que pisaron los romà fue Corfú a principios del siglo XIV. Poco a poco los grupos gitanos se fueron extendiendo por toda Europa. Dependiendo de las costumbres, la zona geográfica que ocuparon y la variante dialectal de la propia lengua hablada por los gitanos, se van configurando los grandes grupos gitanos que han sobrevivido hasta hoy en día: kalé, lovari, sinti, kalderash y manouche.
Los primeros romà que llegan a Europa deambulan de país en país relatando las más extraordinarias y misteriosas historias sobre su origen. Los habitantes de los países a los que llegan les escuchan embelesados, pero cuando desaparece la magia por lo desconocido los empiezan a ver como invasores, cuando no como vagabundos, delincuentes o ateos. A partir de ahí, la historia de los romà está sembrada de persecuciones, castigos e incomprensión. Pero eso lo explicaremos más adelante.
La situación de los romà europeos es parecida en muchos aspectos, pero existen particularidades que han marcado un acento diferenciador dependiendo de los países que habitan. A continuación pasamos revista a las características comunes y a las diferenciadoras de los gitanos comunitarios, así como a sus condiciones de vida actuales.
Violaciones de los derechos humanos— Muchos romà de Europa se enfrentan actualmente a terribles situaciones en las que sus derechos son violados y el ejercicio de sus libertades públicas se ve restringido. Muchos son apátridas, refugiados, asilados políticos y repatriados como consecuencia de las recientes guerras balcánicas y de los acontecimientos ocurridos tras la caída de los regímenes de la Europa del Este. Las negociaciones internacionales para resolver la situación provocada por la desaparición de Yugoslavia se han hecho sin contar con la presencia de la minoría étnica romaní que habita estos territorios. El Consejo de Europa ha podido constatar sobre el terreno que ni siquiera las actuaciones humanitarias atendieron por igual a los romà necesitados que al resto de la población.
Negación del derecho de asilo— Al mismo tiempo, son muchos los romà del centro y del este de Europa que tienen que huir de sus países ante la creciente ola de racismo y de ataques violentos que hacen temer por sus vidas, viéndose obligados a solicitar asilo político o refugio en los Estados de la Unión. En la mayor parte de los casos, las autoridades fronterizas de la Unión Europea impiden que estas personas entren en nuestro territorio.
También son condenables los acuerdos de repatriación firmados entre Estados miembros de la Unión Europea y Estados de la Europa Central y Oriental en los que los refugiados son tratados como mercancías.
El racismo contra los romà
Poco tiempo después de la llegada a Europa de los primeros grupos gitanos empezaron a manifestarse actitudes de rechazo hacia esos extraños personajes que no se sabía muy bien de dónde venían, que vestían llamativos ropajes y hablaban una lengua incomprensible. Los viajeros rojos, diferentes a todo lo que conocían los nativos europeos, fueron despreciados y temidos por las gentes blancas que habitaban los pueblos y ciudades a donde llegaban las caravanas gitanas. Los gobiernos se hicieron eco de este sentimiento de rechazo y empezaron a articular políticas represivas y racistas.
Persecuciones y esclavitud—En el siglo XIV había gitanos rumanos que eran esclavos del rey, la iglesia o los terratenientes. Hasta el siglo XIX no se liberarían de este ominoso yugo. Joaquín Albaicín escribe: “Una de las categorías serviles en que fueron divididos los esclavos gitanos en Rumanía era la de los skopici: gitanos que eran brutalmente castrados para que sirvieran de cocheros a las damas de alcurnia sin riesgo para sus maridos”. En el extremo occidental de Europa las cosas no fueron mejor. Los monarcas españoles construyeron piedra a piedra una completa legislación antigitana.
El racismo se extiende con la colonización de otros pueblos por las potencias europeas. En plena era de expansión y descubrimento del mundo, Europa formuló suposiciones científicas que promulgaban la diferencia entre los pueblos y, sobre todo, la superioridad de unos sobre otros. Esta superioridad legitimaba la explotación de los individuos considerados inferiores.
El Holocausto nazi—El siglo XX trajo consigo más calamidades para los romà. En la Europa central nació el Holocausto nazi, que arrasó casi todo el continente. En 1934 el régimen nazi selecciona a los gitanos que deberán ser esterilizados con inyecciones o castrados, en campos como Dachau o Sachsenhausen. También en enero de 1940 tiene lugar la primera matanza en masa del Holocausto gitano: 250 niños son utilizados como conejillos de indias para experimentos científicos en al campo de concentración de Buchenwald. El 1 de agosto de 1944, durante las primeras horas, 4.000 gitanos fueron gaseados e incinerados en Auschwitz-Birkenau, en una noche que se recuerda como La noche de los gitanos (Zigeunernacht). Ian Hancock calcula que “al término de la II Guerra Mundial entre un 70% y un 80% de la población gitana ha sido aniquilada por los nazis”. Más de medio millón de personas. Comienza el olvido.
En Europa proliferan los partidos racistas—Las cíclicas crisis económicas sufridas desde 1973 han contribuido a crear en las sociedades occidentales un altísimo índice de paro que ya podemos considerar crónico. Esto provoca situaciones de rechazo ante cualquier inmigrante que quiere acceder al mercado laboral y ha favorecido la aparición de partidos políticos de clara tendencia racista. El Front National en Francia, el Republikaner en Alemania, Vlams Block y el Front National en Bélgica, son algunos ejemplos de las ideologías políticas basadas en la intolerancia que ha aparecido en algunos lugares de Europa.
El fin de la guerra fría— Después de la caída del muro de Berlín en 1989 se culpa a los gitanos, en ocasiones desde instancias oficiales, de muchos de los males que aquejan a los Estados de la antigua órbita soviética. A raíz del cambio que supone la desaparición del telón de acero, la Europa Occidental tiene conocimiento de la situación desastrosa en la que viven las minorías étnicas en aquellos regímenes totalitarios.
Los gitanos yugoslavos han padecido la limpieza étnica— La guerra en la antigua Yugoslavia significó el movimiento de masas más importante desde el final de la II Guerra Mundial. La limpieza étnica llevada a cabo principalmente por el ejército serbio provocó, entre otras atrocidades, un éxodo de refugiados al resto de Europa cercano al medio millón de personas. Las crónicas de la guerra nos han hablado de las injusticias cometidas contra los bosnios, los croatas, e incluso contra los serbios. Pero los romà no han sido merecedores de la atención mediática occidental cuando fueron ellos los que sufrieron las consecuencias de la guerra, sin tener a nadie que los defendiera, ni políticos ni militares.
Nuevas formas de racismo—El fenómeno de los skin-heads, que nació como una más de las muchas bandas urbanas, ha adquirido una magnitud y una importancia enorme al añadírsele, en muchos casos, los grupos ultras de los clubs de fútbol. Se ha podido comprobar que existen conexiones internacionales permanentes entre ellos, con el apoyo siempre de grupos de la ultraderecha, cuando no forman parte de su misma estructura.
La introducción de las nuevas tecnologías en el campo de la comunicación —internet, satélite, fibra óptica— ha significado el fin de las fronteras para la información. El acceso a cualquier punto del mundo, prácticamente en el mismo instante, representa una nueva concepción en la organización de los pueblos. Desgraciadamente, uno de sus efectos no deseados ha sido la circulación, por estas redes, de consignas racistas y xenófobas introducidas por los grupos de ultraderecha.
Algunos paises limitan la circulación libre de personas— La eliminación de las fronteras internas en la Unión Europea ha hecho que algunos países adopten medidas más duras, tendentes a frenar el flujo migratorio. Hay que tener en cuenta que la población perteneciente a otras etnias no está formada únicamente por inmigrantes, más o menos recientes, que buscan trabajo. La inmensa mayoría de las veces hablamos de ciudadanos europeos y comunitarios de pleno derecho, aunque pertenecientes a minorías étnicas o culturales. Su integración, en ningún caso tiene que significar la renuncia a su identidad.
En los conflictos de orden público la policía trata frecuentemente como delincuentes a aquellas personas que, por su físico, puedan parecer gitanos. Al mismo tiempo, la condición de gitano resulta un elemento de sospecha para muchos agentes a la hora de realizar sus investigaciones.
La disparidad legislativa—Un aspecto que ha dificultado la lucha contra el racismo y la xenofobia ha sido la disparidad de criterios jurídicos y penales entre los diferentes países de la Unión Europea. La consecuencia ha sido la imposición de condenas relativamente leves a muchos acusados de cometer actos violentos contra las minorías, lo que ha producido, a veces, una cierta sensación de impunidad.
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