16.9.10
Más de un mes llevan atrapados, a 700 metros bajo tierra, los 33 mineros chilenos que trabajaban en un yacimiento de cobre y oro cuando la tierra se les vino encima. La buena noticia es que están vivos y que las nuevas tecnologías permiten mantener contacto con ellos, mandarles medicinas y alimentos y sobre todo, darles el calor necesario para que resistan. La mala noticia es que el rescate tardará todavía semanas en llevarse a cabo, porque las condiciones del terreno son delicadas y hay que evitar riesgos mayores.
Muchos familiares han levantado su segunda morada en el exterior de la mina San José. No quieren marcharse hasta que la tierra les devuelva a quienes les arrebató el 5 de agosto.
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