18.7.10
UN DEBATE DIFICIL POR TELEVISIÓN.
Tenso debate en TV con una pareja musulmana sobre el velo islámico
Nadia Shahbi, tunecina de origen marroquí y su marido , ambos musulmanes, defendieron el pasado Viernes por la tarde en un programa de ETB, la TV pública vasca, el uso del niqab en las mujeres (velo que cubre toda la cabeza excepto los ojos), y denunciaron que han tenido problemas con un médico y la justicia en Euskadi recientemente.
Nadia Shahbi subía el pasado Martes al estrado del Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria tras haber presentado una denuncia contra el responsable de Atención Primaria del centro de salud de Olaguíbel, en Vitoria, por «obligarme a quitarme el niqab » para auscultarla. La paciente optó por irse, aunque poco después regresó a la consulta en compañía de su marido, Redouan. Aquí la versión de la pareja es muy distinta a la que ofrece el médico. «El doctor estaba con un paciente y el hombre empezó a aporrear la puerta», describen varios testigos.
El especialista salió al pasillo. «Intentó calmarle, pero la discusión subió de tono y el marido llegó incluso a levantar el puño y a amenazar al facultativo», lo que motivó la llamada a la Ertzaintza. Nadia lo niega. «Ahora se quieren echar culpas sobre mi marido diciendo que amenazó al médico. Es mentira. Sólo le habló».
La policía declaró que «el esposo estaba muy nervioso, fuera de sí». Al final hubo tres imputaciones. El doctor denunció al esposo por una falta de amenazas, se cursó otra contra la pareja por insultos a los efectivos desplazados y, finalmente, la chica hizo lo propio contra el médico.
La vista, señalada para el pasado martes, tampoco se pudo celebrar. Al tratarse de asuntos relacionados, la jueza informó de que se tratarían todos a la vez y, aplicando la Ley de Enjuiciamiento Criminal, instó a la mujer a que mostrara su rostro al acudir al juicio sin ningún documento acreditativo.
La abogada de Nadia requirió a la magistrada, siempre según la denunciante, que «me identificara aparte y, al negarse, le pidió otra vez que, al menos, colocaran un biombo en la sala para separarme de los hombres». Insiste que «incluso se lo pidió por favor, y dos veces, aunque la jueza no accedió». De hecho, le invitó hasta en tres ocasiones a quitárselo. «No puedo por mi religión. Me habló con voz fuerte, no me sentí bien tratada. Pensaba que iba a ser más flexible». Y es que, en ese punto, la jueza optó por suspender el proceso.
UN DEBATE DIFICIL POR TELEVISIÓN:
En su defensa del uso del velo en el debate hay un cruce de insultos con un trabajador del servicio de salud, y exponen argumentos como “a la esposa solo la puede ver el marido y no hombres extraños” “un esposo no es hombre si no es celoso” o “hay que defender el tesoro de la mujer frente a las miradas de otros hombres incluso con la muerte si es necesario“.
¿Cómo integrar a los integristas? Si es que se puede. El tema no es menor, porque cuantos más conflictos de este tipo se produzcan, más engorda el discurso de los integristas católicos que blanden el arma de su fé para combatir el rechazo que provoca la intromisión de los integristas de signo contrario en las libertades colectivas e individuales.
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