La crisis en España no deja de buscar culpables. La severa crisis que padecemos ha resucitado en nuestro país todo tipo de envidias sobre aquél que simplemente posee un trabajo digno. Ahora le toca el escarnio a los profesores. La decisión de algunas comunidades autónomas de subir las horas lectivas (de clase directa con el alumnado) al docente de secundaria de la escuela pública de 18 a 20 horas, no es más que un recorte de un servicio esencial como es la educación.
Esperanza Aguirre se burló de los docentes alegando que sólo trabajarían 20 horas, obviando otras tareas propias del docente como las horas de guardia, las horas de tutorías con padres, las horas de coordinación pedagógica, la elaboración de programaciones adaptadas, la corrección de ejercicios, etc. En España, cualquier docente dedica más de 40 horas semanales a su trabajo.
Además, la escuela es un reflejo de la sociedad y la docencia, aparte de vocación, implica al profesorado. Los docentes se llevan a casa las tensiones y conflictos que se viven en la escuela. Problemas ante los que los docentes se encuentran desarmados y su principal labor, difícil y de gran responsabilidad, se reduce a veces a intentar abrir luces en oscuros túneles que sirvan de guía a muchos alumnos/as para alcanzar una vida mejor. Mucho más en la enseñanza pública, donde la labor docente es ante todo una labor social.
Si bien en los últimos años se había dignificado la labor docente, volvemos hacia atrás. Las horas lectivas en secundaria son similares en España a los países de la UE. Existen 545 horas lectivas anuales por docente en España. Hay países con índices inferiores como Finlandia (428), Dinamarca (500) o Noruega (505) y otros superiores como Alemania (688), Francia (611) o Italia (612). Eso sí, los honorarios de los docentes de todos estos países nombrados son muy superiores a lo que cobra el docente español (entre un 15% y un 35% más). Además, los docentes españoles de secundaria han sufrido un recorte de un 7,2% de su sueldo y una congelación del mismo pese a que el IPC ya sube un 2,9%. En definitiva, como dijo en su día el representante de los empresarios españoles, los docentes españoles ya cobran menos y trabajarán más. A eso, por lo visto, se le llama productividad.
Por otra parte, el aumento de horas lectivas a 20 horas provocará un recorte de un 5% de las plantillas. En este caso, miles de interinos, que realizan una función esencial en el sistema público, irán al paro. En el caso de Jerez, si se aplicase esta medida como pretende el PP si gana en Andalucía, de los 1.300 docentes de secundaria existentes en los centros públicos, sobraría 65, que irían a aumentar el paro. En Andalucía llevaría al paro a 3.000 docentes. La merma de la calidad educativa será evidente: las clases serán más numerosas, será difícil llevar a cabo desdobles y grupos de refuerzo, profesores se verán obligados a impartir materias que no son afines, etc.
Gran parte de la sociedad no entiende la labor del docente, al que envidia, sobre todo, sus vacaciones. No entiende que la pedagogía y la climatología marcan unos “tempus” de trabajo, similares en toda Europa, cuya finalidad no es otra que la mejor formación integral de los alumnos/as ante una vida muy competitiva. Aumentar el horario lectivo de los docentes rebajará la calidad de la enseñanza y aumentará el paro. Pero lo más lamentable es que políticos como Esperanza Aguirre no se den cuenta de esta labor esencial. Intentar reducir el déficit mediante recortes en la educación pública es horadar el pilar más firme sobre el que se sustenta el futuro de este país.
Jesús Caballero Ragel
Profesor de Historia en el IES Andrés Benítez y Miembro del Consejo Local de IU-Jerez.
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