"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"

"QUE LA DESIGUALDAD EN LA CUNA NO SEA LA CUNA DE LAS DESIGUALDADES"
Pedro Soto

24.4.11

JEREZ: DESIERTO INDUSTRIAL Y DESEMPLEO


Si difícil y penoso va a ser para España salir de la crisis, muy complejo y lento se aventura el proceso para la ciudad de Jerez. Prometer creación rápida de empleo en la ciudad sería de un populismo insensato. Jerez ha vivido en los últimos años al impulso del ladrillo. La vivienda ha sido en años pasados un refugio de la inversión especulativa. La construcción movía otras empresas, los transportes, los oficios, tiendas de muebles y electrodomésticos, etc. Un ejemplo de lo que ha sido apostar por un desarrollo económico insostenible.

Jerez vive básicamente de los servicios que una aglomeración de más de 200.000 personas se prestan mutuamente. La apuesta, casi exclusiva, por ser “ciudad de servicios” nos ha llevado al estado actual. El desarrollo de grandes superficies comerciales –en mano de grandes multinacionales- sólo crea trabajo precario y mal retribuido. Además, el exceso de grandes superficies – relativamente mayor que en ninguna otra parte de Andalucía- ha provocado el derrumbe de los negocios tradicionales y está arruinando al comercio del centro.

Por otra parte, la actividad turística ha dejado de crecer y va en retroceso. Es difícil desarrollar un turismo cultural en una ciudad en ruina y abandonada que asusta a cualquier turista, fruto de una política urbanística especulativa y errónea, que ha descuidado hasta el extremo el patrimonio histórico. Se impone un metódico plan de rehabilitación patrimonial. A ello hay que sumar el cierre, inexplicable por tanto tiempo, del Museo Arqueológico, la carencia de otros museos, etc. Tampoco ha atraído turistas la situación de cercanía a las playas, pues el clima caluroso de Jerez en verano no atrae ni a los propios jerezanos.

Jerez sigue inmersa en proyectos fantasiosos de marketing político que sólo crean frustración en la ciudadanía, pues no cumplen las expectativas de creación de trabajo. Desde “Sherryworld”, pasando por “Speed Festival” hasta las fantasiosas “ciudades de lo que sea” y otras ocurrencias de alto coste y escaso trabajo estable. Jerez no se convirtió en un referente del caballo, como se nos hizo creer en los Juegos Ecuestres de 2002 (“cuestren lo que cuestren”), comienzos del despilfarro que conllevó al estado de ruina actual de nuestro Ayuntamiento. La ciudad del flamenco es un bluff que lleva gastado mucho dinero para tan poco resultado, etc.

El gran problema de Jerez es que es un desierto industrial. Jerez debe cambiar drásticamente sus planteamientos económicos. No existen industrias tecnológicas. Aquí se llaman “Polígonos Industriales” a centros comerciales o almacenes de difusión de mercancías, pero no hay actividad industrial. La gran esperanza se llamó Parque Tecnológico Agroalimentario (aquél del que se dijo que crearía 15.000 empleos), pero parece que no habrá industrias de transformación de productos agrícolas, sino centros de investigación subvencionados y almacenes de productos varios. Si esa es la línea, no será la panacea contra el paro en Jerez.

El desmantelamiento industrial que ha padecido Jerez en los últimos años es un hecho. A la crisis de las bodegas, les siguió la de los embalajes y artes gráficas, industrias en la que Jerez era puntera. A pesar de tener buenas perspectivas por la apertura de nuevos mercados de países emergentes, la industria vinatera jerezana apenas si se mantiene entre alfileres. No crea ya trabajo, sino que los destruye. Algunas firmas viven casi exclusivamente del turismo enológico. A pique se fue la azucarera de Guadalcacín, desmantelándose muchos cultivos de remolacha. Otros proyectos de fábricas agropecuarias no han cuajado nunca (lácteos, harinas, etc.).El cierre de la fábrica de botellas, último buque insignia de lo fue una ciudad industrial, es un eslabón más en la continua pérdida de puestos de trabajo en la industria jerezana. Proyectos atractivos como una fábrica de todoterrenos marchan tan lentos que nadie confía realmente en ellos, sobre todo cuando su creación es a base de recoger antes subvenciones públicas.

En otro orden de cosas, los tradicionales cultivos agrícolas hace ya tiempo que no mueven la economía de Jerez. La globalización económica aplicada a la agricultura tradicional se traduce en que todo lo que se trae de fuera sale más barato y es difícil competir. Este hecho está provocando que se deje de cultivar, pues no se cubren gastos de producción. Hay muchas posibilidades de cultivos alternativos, pero no se desarrollan porque no reciben la ayuda clara de las instituciones para prosperar sus proyectos. El futuro de las viñas y de los pequeños viñistas es incierto, si no se mantienen ayudas para mantener este rico y tradicional paisaje agrícola y este antiquísimo modus vivendi.

Aquí hay un pequeño esbozo de la realidad de Jerez. La carestía de industrias y una población activa numerosa puede conducir a los jerezanos al paro, al subsidio o a la emigración. Pero hay soluciones. El futuro económico pasa irremediablemente por crear industrias. La industria agropecuaria y de transformación de alimentos, así como industrias tecnológicas aplicadas al mismo sector, debe ser el futuro económico de Jerez. El desarrollo de cooperativas de producción enfocadas a este sector debe ser una prioridad política. Todo ello dentro de una economía sostenible, donde las relaciones económicas sensatas y no burbujas especulativas y pasajeras, hagan crear empleo perdurable y de calidad en nuestra ciudad. En la medida que los jerezanos sepamos coordinar a agricultores y empresarios, cooperativas, cultivos alternativos e industrias de transformación agropecuaria y de tecnologías aplicadas, así como la vital financiación que haga posible este nuevo panorama industrial, habremos despejado un incierto futuro para nuestros hijos.

Jesús Caballero Ragel

Consejo Local de IU-Jerez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario